lunes, 24 de junio de 2013

Mi Primera Vez...


Quizás muchos crean que esté será un tema increíble, que leeran algo fantástico y caliente.
Pero la verdad es que mi primera vez, no fue nada del otro mundo ni con mucho detalle, pero me pidieron que la contara y así lo haré.

Tenía unos 16 o 17 años, estaba en el medio de esas edades, tenia un pololo un año mayor que yo.
El vivía en unos departamentos muy solitarios, un sector muy poco transitado, pero a pesar de eso no nos gustaba estar en su casa porque siempre había gente, por lo que nos metíamos en un subterráneo del edificio, donde habían unas pequeñas bodegas. Llevábamos un tiempo juntos, pero hasta ese momento nunca había existido sexo, solo aquel subterráneo era testigo de no mas de besos apasionados y una que otra "paja" que le hice a el.

Si mal no recuerdo, fue un día martes, después del colegio me fui donde el, y nos metimos en el subterráneo como siempre, y como siempre o al menos la mayoría de las veces como ya conté, comenzamos con los besos, con los toqueteos, los punteos y cosas así. Hasta que la temperatura subíó, y creo que el ya lo había planeado todo, porque a penas comencé a masturbarlo, me pidió que esperara, fue donde su mochila, y sacó una caja de condones.

Yo quedé sin palabras, pero no estaba asustada, de alguna forma u otra me llamaba la atención el hecho de tener sexo y saber al fin que se sentía.

El se acercó a mi, y comenzó a besarme, mientras se ponía el condon, mis nervios estaban aumentando, pero el manejó todo, y con cuidado me fue bajando la ropa interior, solo lo justo y necesario para comenzar el acto...

Bueno...hasta ahí todo bien, sentí el dolor o incomodidad típica y casi obvia de una primera penetración.
Pero, no fue nada comodo de ahí en adelante, ya que hacerlo por primera vez, estando de pié, con dificultad en los movimientos, y con el nervio de estar en un lugar poco seguro, no me hizo la experiencia muy agradable...

No fueron mas de 15 minutos... De de esos 15, debo haber disfrutado 5, los otros 10 a aguantar la incomodidad y esperar a que mi pololo acabara...

Ahora esto es algo para el recuerdo, y al pensarlo simplemente me da risa.


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